27.8.05
Knowledge VII
Capítulo VII
Soy o estoy
- A finales de Octavo básico y principios de primero medio empiezo a darme cuenta y a pensar una serie de cosas que antes ni siquiera imaginaba.
Quizás porque nunca me sentí igual a los demás, o porque tampoco quería serlo. La verdad es que trataba de buscar espacios o maneras de diferenciarme de los demás. No tanto por el hecho de marcar el límite, sino que tenía la necesidad de calzar en alguna parte. Me gustaba creerme y sentirme hija del rigor. Que las cosas para mi no habían sido fáciles y que nadie entendía realmente lo que pensaba. Y en rigor así era.
Obviamente estaba en plena adolescencia y en realidad fueron tiempos de mucho cambio y una manera distinta de ver las cosas.
Yo sabía que tenía que cambiar, porque la manera en la que había guiado mi vida hasta ese momento no parecía ser la mejor. Tiene que ver, en gran medida, con el analizarme internamente y fundamentalmente con el problema de las relaciones interpersonales.
Pensaba mucho, quizás demasiado. Estaba destruyendo y renegaba de todo lo que me había pasado antes sin razón alguna.
Etapa Nirvana le llamo yo, y es que a los 14 años Kurt Cobain era el único que de alguna manera sabía hablar de las cosas que realmente importaban. Importaban en ese momento, claro está.
Entonces, poco a poco, fui yéndome para el lado oscuro de la fuerza, en un sentido muy figurado, obviamente. No estaba contenta conmigo, o con lo que era. No estaba contenta con la gente que me rodeaba y menos en el lugar que vivía. Simplemente escuchaba música, mucha música. Todo el día, a cada instante. Navegaba por Internet buscando bandas nuevas, y trataba de contactar a gente que me pudiese, de cierta manera, influenciar.
Esto, sumado a uno que otro problema sentimental, llevaba el gusto musical a un plano mucho más importante dentro de mi vida, asunto que no ha cambiado hasta ahora.
Lentamente fui cerrándome a las otras corrientes o maneras de pensar. Yo tenía la razón y todos los otros algún día se iban a dar cuenta que así era, y hasta que eso no pasara eran simplemente inservibles y no sabían lo que estaban haciendo.
Obviamente nunca le dije a nadie nada de eso. Yo a simple vista y al acercarme a mis compañeros o amigos era una persona muy amable, simpática, alegre y chistosa. Incluso algunos llegaban a admirarse de mis estados de ánimo tan constantemente altos. (Oh Dios, debí haber sido actriz).
Probablemente era para llamar la atención, pero si no le contaba a nadie lo que me estaba pasando entonces el truco no era muy bueno, o quizás sólo buscaba lugares donde mis ideas fuesen representadas, y el estar en un colegio como en el que estaba en esos años ?y estoy actualmente- donde todos son prácticamente iguales gatilla una especie de ansiedad por conocer experiencias o maneras de vida diferentes.
En lo académico todo relativamente normal. Y las cosas de la vida me llevan a encontrar tres personas dentro del curso con las que he compartido la mayor parte del tiempo estos últimos cuatro años.
Con la pau, la caro y la jose hemos vivido, y naturalmente vivimos, la que todos dicen, es la mejor etapa de nuestras vidas.
Y ya en segundo medio las inquietudes etílicas nos llevan a una serie de experiencias que si las llego a detallar en esta obra podría develar muchos secretos que nadie querría saber de las ?hermanas marambio?.
No todo era tan malo. Todavía teníamos patria.
- A finales de Octavo básico y principios de primero medio empiezo a darme cuenta y a pensar una serie de cosas que antes ni siquiera imaginaba.
Quizás porque nunca me sentí igual a los demás, o porque tampoco quería serlo. La verdad es que trataba de buscar espacios o maneras de diferenciarme de los demás. No tanto por el hecho de marcar el límite, sino que tenía la necesidad de calzar en alguna parte. Me gustaba creerme y sentirme hija del rigor. Que las cosas para mi no habían sido fáciles y que nadie entendía realmente lo que pensaba. Y en rigor así era.
Obviamente estaba en plena adolescencia y en realidad fueron tiempos de mucho cambio y una manera distinta de ver las cosas.
Yo sabía que tenía que cambiar, porque la manera en la que había guiado mi vida hasta ese momento no parecía ser la mejor. Tiene que ver, en gran medida, con el analizarme internamente y fundamentalmente con el problema de las relaciones interpersonales.
Pensaba mucho, quizás demasiado. Estaba destruyendo y renegaba de todo lo que me había pasado antes sin razón alguna.
Etapa Nirvana le llamo yo, y es que a los 14 años Kurt Cobain era el único que de alguna manera sabía hablar de las cosas que realmente importaban. Importaban en ese momento, claro está.
Entonces, poco a poco, fui yéndome para el lado oscuro de la fuerza, en un sentido muy figurado, obviamente. No estaba contenta conmigo, o con lo que era. No estaba contenta con la gente que me rodeaba y menos en el lugar que vivía. Simplemente escuchaba música, mucha música. Todo el día, a cada instante. Navegaba por Internet buscando bandas nuevas, y trataba de contactar a gente que me pudiese, de cierta manera, influenciar.
Esto, sumado a uno que otro problema sentimental, llevaba el gusto musical a un plano mucho más importante dentro de mi vida, asunto que no ha cambiado hasta ahora.
Lentamente fui cerrándome a las otras corrientes o maneras de pensar. Yo tenía la razón y todos los otros algún día se iban a dar cuenta que así era, y hasta que eso no pasara eran simplemente inservibles y no sabían lo que estaban haciendo.
Obviamente nunca le dije a nadie nada de eso. Yo a simple vista y al acercarme a mis compañeros o amigos era una persona muy amable, simpática, alegre y chistosa. Incluso algunos llegaban a admirarse de mis estados de ánimo tan constantemente altos. (Oh Dios, debí haber sido actriz).
Probablemente era para llamar la atención, pero si no le contaba a nadie lo que me estaba pasando entonces el truco no era muy bueno, o quizás sólo buscaba lugares donde mis ideas fuesen representadas, y el estar en un colegio como en el que estaba en esos años ?y estoy actualmente- donde todos son prácticamente iguales gatilla una especie de ansiedad por conocer experiencias o maneras de vida diferentes.
En lo académico todo relativamente normal. Y las cosas de la vida me llevan a encontrar tres personas dentro del curso con las que he compartido la mayor parte del tiempo estos últimos cuatro años.
Con la pau, la caro y la jose hemos vivido, y naturalmente vivimos, la que todos dicen, es la mejor etapa de nuestras vidas.
Y ya en segundo medio las inquietudes etílicas nos llevan a una serie de experiencias que si las llego a detallar en esta obra podría develar muchos secretos que nadie querría saber de las ?hermanas marambio?.
No todo era tan malo. Todavía teníamos patria.